domingo, 4 de octubre de 2009

Adiós

“Cuando uno ha sido domesticado corre el riesgo de llorar un poco”


Esta es mi vida. Yo escribo el guión. Es mi historia. Yo decido quien entra y quien sale.

Un día te pedí por carta que fueras mi amigo. Sé mi amigo, escribí y te hablé de mi.

En mi mundo, para ser amigos solamente teníamos que compartir un secreto.
Y yo te lo regalé... te regalé muchos secretos.
Te regalé mi tiempo.
Te enseñé lo poco que sabía.
Te dí mis ideas, mis miedos, mis alegrías...

Atravesé la primera los caminos peligrosos y los cerré si no eran buenos para tí.
Te di lo bueno y lo malo. Me enfadé contigo muchas veces. Reí contigo muchas más y también lloré. Te escuché, creo que siempre...

Te animé a marcharte lejos. Esto también fue un regalo.

Hoy te escribí otra carta:

Un día te pedí que fueras mi amigo. Y lo fuiste. Gracias.
Mi hermano dice que dar gracias significa
darte cuenta del bien que se te ha hecho.
Gracias pues.

Ya no quiero ser tu amiga.
No es por nada que hayas hecho o hayas dejado de hacer.
Es simplemente porque cuidamos lo que queremos de formas muy distintas.

Mi abuela decía que en los pequeños detalles se ven las grandes almas.
Quizá tu alma sea grande, pero no tiene pequeños detalles. Al menos hacia mi no.
Un día me di cuenta de que te había domesticado, y que el trigo ya no sería sólo trigo.
Hoy corto el lazo que nos une y me dejo libre, ya no soy responsable de ti.
Ya no eres mi zorro y ya no soy tu Principito.

Ya soy libre.
Para aprender de otros.
Para colorear de nuevos significados las cosas que compartimos y que ahora ya no serán nuestras.
Para dejar de pensar en acudir a ti como la sangre que acude a la herida sin que nadie la llame....

Tu no entenderás nada.
Eso ahora ya no es cosa mía. Ya no soy responsable de ti.
Me gusta la vida. Me encanta.
Compartirla contigo me hace sentir pequeña.


Te pido que te marches como yo, libre y feliz y
sabiendo que también por esto te doy las GRACIAS.

Eres libre, ya no estamos domesticados.
Yo ya no leo tus cartas, ni pienso en tu recuerdo, ni te busco... ni nada.

Puedo elegir. Y elijo.
Elijo que no seas ya mío, ni tan sólo un poco...

Vete en paz...

2 comentarios:

  1. Gracias por escribir, es un placer leerte. Saciado me siento al beber de tu serena fuente, un abrazo

    Atentamente
    "El agua del mar"

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  2. Qué bonito Carmen Mª... gracias, a ti.
    Y qué duro es leerlo también, por no sé qué cosa que tenemos todos, que nos duele pensar que los demás son libres, libres de dejar de querernos... somos crueles todos, egoístas, un poquito... en fin, me hace pensar.
    Gracias

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